+++No le será tan fácil: repuso Molay, tirando de la túnica deshilachada y mugrienta que era toda su vestidura. La mano huesuda descubrió un hombro escuálido. Allí, cerca del corazón, el anciano había lacerado su carne, dibujando una cruz, la misma que había guiado su espíritu durante los 71 años de su existencia. Había usado el mango de una cuchara hacerlo, afilándolo contra una piedra suelta en la pared de su celda. Los bordes irregulares de la herida se habían infectado y estaban llenos de gusanos.
Felipe y Clemente me matarán, pero no me impedirán morir con la cruz en el lugar donde siempre ha estado añadió.
Sea pues. Morid con la cruz, y que la orden muera con vos dijo el preboste, haciendo un gesto al verdugo. Este último arrastró a Molay hasta el poste, alrededor del cual se habían dispuesto haces de madera seca. Al verlo, el templario pidió al preboste que se acercase.
Me gustaría morir mirando a mi querida Notre Dame.
El preboste dio unas cuantas órdenes, y los guardias cambiaron de sentido los haces de leña a regañadientes. Ataron al anciano al poste, y finalmente colocaron algo más de combustible.
El verdugo se acercó entonces al lugar donde apilaba sus enseres, y cogió un cubo donde guardaba paja húmeda. Iba a acercarse a la pira con él, pero el preboste le detuvo. No era un hombre que disfrutase haciendo daño a otros. Había perfeccionado su trabajo para matar con el mínimo dolor posible, y eso incluía la paja húmeda cuando alguien era condenado a la hoguera. El fuego arrancaba gran cantidad de humo de la paja, provocando que el reo se ahogase mucho antes de que el fuego le abrasase la carne+++
+++Al amanecer del aquél fatídico día 18 de marzo de 1314, Jacques Bernard de Molay junto a Godofredo de Charnay, Hugo de Pairaud y el comandante de Aquitania abandonan las mazmorras de la Casa del Temple y son trasladados a las escalinatas de NotreDame para escuchar su sentencia. Jacques de Molay se retracta de sus confesiones, obtenidas bajo tortura y es condenado a muerte. Al atardecer de ese mismo día es llevado y quemado en la hoguera+++
+++Jacques de Molay junto a Geoffroy de Charnay fueron condenados a morir en la hoguera.
Se cuenta que al arder en la pira el Maestre dijo:
Dios conoce que se nos ha traído al umbral de la muerte con gran injusticia+++
+++Me gustaría morir mirando a mi querida Notre Dame+++
+++Ya no existen, mis hermanos ya no existen ... replicó el Gran Maestre Jacques de Molay, meneando la cabeza. Pero la orden vivirá para siempre+++
+++Otro hecho curioso es que dias despues de la ejecucion los tejados del Palacio Real fueron invandidos por una inmensa cantidad de cuervos, a estos pajaros negros tradicionalmente se les atribuye el poder de atraer la desgracia sobre su entorno+++
+++La ejecución de los templarios dio origen a muchas leyendas, una de ellas cuenta que esa noche, las gárgolas de la Catedral de Notre Dame de París bajaron de sus pedestales aterrorizando a toda la población+++
+++Ese fatídico día esta por llegar, deberían morir en la hoguera esa misma noche junto con 37 templarios mas, es noche fria desde el peñón rocoso que hay en Sena conocido por el nombre de la Isla de los Judíos, mientras las llamas de la hoguera empezaban a ascender, los templarios gritaron a voz en cuello su inocencia ante los desconcertados habitantes de la ciudad, pero lo que les dejo atónitos fueron las palabras de Jacques de Molay que seria recordadas a lo largo de los años+++
Jacques de Molay se dirigió al publico que todo lo que había salido en el proceso eran calumnias, que se les arranco las confesiones en el potro de torturas y que lo que se estaba cometiendo ahí era una blasfemia. Jacques de Molay fue amordazado para que no pudiera seguir hablando y ante esto, el Pueblo de París empezó a quejarse porque deseaban oír lo que tenían que decir los templarios.............
+++Por lo menos dejad que junte un poco las manos para elevar mi plegaria a Dios, es un momento adecuado ya que voy a morir, sabe bien Dios que es injustamente. Pronto caerá la desgracia sobre los que nos condenan, Dios vengara nuestra muerte y con esta convicción muero+++
El 18 de marzo de 1314, luego de una larga y accidentada permanencia en los calabozos del Rey, una vez asignados los bienes del Temple al Hospital, el anciano y agotado De Molay rechaza la condena a prisión perpetua y es quemado vivo a fuego lento, junto con el Maestre de Normandía Geoffroy de Charney, en un islote del Sena situado entre los jardines del rey y la Iglesia de los hermanos ermitaños de San Agustín.
Cuentan las crónicas que ambos recibieron la muerte con el mayor valor y entereza que es dable imaginar “despertando admiración y sorpresa entre todos los que asistieron”.
Se retractaron antes de sus confesiones obtenidas bajo tormento y la leyenda presenta a Jacques De Molay antes de morir, maldiciendo al Papa Clemente V y al Rey Felipe IV de Francia, Le Bel, más o menos con estas palabras:
“Clemente, juez inicuo y cruel verdugo, te cito a comparecer ante el tribunal de Dios en cuarenta días y a ti, Philippe, antes de un año”.
Finalizado el sacrificio, el pueblo, rompiendo los cordones de la guardia, se abalanzó sobre la hoguera para rescatar algunos huesos calcinados, a fin de guardarlos como reliquias.
Maldición o no, Clemente V (Bertrand de Gott o Goutt), murió de diarrea, a raíz de su cáncer de píloro, en la noche del 19 al 20 de abril de 1314, dentro de los cuarenta días de la muerte de Jacques de Molay. Su cadáver, ante el asco que produjo a sus asistentes, permaneció abandonado y desnudo toda la noche. Luego, durante la velación, cayó una vela que incendió el catafalco, carbonizando medio cadáver.
En 1577 los calvinistas entraron en Uzeste, destrozaron su tumba, quemaron sus restos y lanzaron las cenizas al piso. Así mismo, Philippe IV “Le Bel”, rey de Francia, murió de fiebre y gangrena el 29 de setiembre de 1314, dentro del año de la muerte de Jacques de Molay, a raíz de las heridas ocasionadas luego de caerse del caballo durante una cacería, a causa de un jabalí. El olor que desprendían sus llagas era tal, según se dice, que resultaba repugnante y nauseabundo acercarse a su lecho de muerte.
El 18 de marzo de 1314, frente a la extraordinaria catedral gótica de Notre Dame de París, fue quemado vivo tras siete años de prisión y tortura y junto a Geoffroy de Charnay, el XXIV Gran Maestre de la Orden de los Pobres Caballeros de Cristo, o popularmente conocidos hoy en día como Templarios.
Antes de su ejecución se retractó públicamente de cuantas acusaciones se había visto obligado a admitir, proclamando la inocencia de la orden y lanzando la siguiente maldición:
"Dios sabe quién se equivoca y ha pecado y la desgracia se abatirá pronto sobre aquellos que nos han condenado sin razón. Dios vengará nuestra muerte. Señor, sabed que, en verdad, todos aquellos que nos son contrarios, por nosotros van a sufrir." "Clemente, y tú también Felipe, traidores a la palabra dada, ¡os emplazo a los dos ante el Tribunal de Dios!... A ti, Clemente, antes de cuarenta días, y a ti, Felipe, dentro de este año..."
Esta maldición se cumplió, el Papa Clemente V, Nogaret de Goth y Felipe IV murieron antes de finalizar el año, todos por causas naturales.
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