jueves, 12 de octubre de 2017
FRASES TEMPLARIAS
Guillaume de Beaujeu, después de ser herido en la lucha en San Juan de Acre, Los caballeros que con él luchaban, al verlo retirarse cabizbajo hacia el interior de la ciudad, le reprocharon su conducta, a lo que él respondió diciendo: No me estoy retirando. Estoy herido, he aquí la flecha
Saladino al Rey Guidio de Lusignan, despues de cortarle la cabeza a Reinaldo de Chatillon tras la batalla de los Cuernos de Hattin y ser capturados: Un rey no mata a otro rey, pero la alevosía y la ruindad de este hombre no podian consentirse.
Palabras dichas por Gerad de Ridefort a su Mariscal Jacques de Mailly cuando le aconsejó no atacar a los musulmanes en la batalla de Seforia: Hablaís como un hombre que desea huir; amáis demasiado esa rubia cabeza, que tan bien la quereís guardar….
Contestación de Jacques de Mailly a Gerad de Ridefort: Moriré frente al enemigo como un caballero de bien. Sois vos quien volverá grupas como un traidor.
Mientras iba a la batalla Jacques de Mailly le decia a su caballo: Rocín, buen compañero, he pasado muchas y hermosas jornadas cabalgando sobre tu lomo; pero el día de hoy las superará a todas, porque hoy me llevarás al Paraíso
Juramento realizado por Bohemundo, en conclusión del Tratado de Devol: Juro a ti, nuestro más poderoso y santo emperador, el Señor Alejo Comneno, y a tu colega Emperador, el tan deseado Señor Juan Porphyrogenitos que voy a obedecer todas las condiciones a las que he acordado y hablado por mi boca y a mantenerlas inviolable por todos los tiempos y a cuidar ahora y siempre las cosas que sean para el bien de tu Imperio y nunca albergaré ni siquiera la más mínima idea de odio o de traición hacia ti […] y todo lo que sea para el beneficio y el honor de la dominación romana que voy tanto a tomar en cuenta como a ejecutar. Por lo tanto me permito disfrutar de la ayuda de Dios y de la Cruz y de los Santos Evangelios.
El Gran Maestre Eudes de Saint-Amand al sultán cuando desea intercambiarlo por uno de sus sobrinos prisionero de la Orden; pero el Gran Maestre, que rechaza la oferta, le responde :«Por ningún motivo quiero dar un ejemplo que fomente la cobardía entre los monjes, que se dejarían capturar teniendo en mente el pago de un rescate. Un Templario debe vencer o morir. Un rescate sólo se puede pagar con el propio puñal o el cinturón..»
Lema de la Orden: No a nosotros señor , no a nosotros, si no para la gloria de tu nombre (Non nobis Domine non nobis sed Nomini Tuo da gloriam)
Lema templario: Haz lo que puedas , Con lo que tengas, En donde estes… Pero siempre llevanos a la gloria..
Frase entre templarios: En el campo de batalla mira tu hombro , si llevas la cruz del templario…Perfecto, Si no la llevas….Estas Perdido.
Despedida entre templarios: Que la tierra se vaya haciendo camino ante tus pasos, que el viento sople siempre a tus espaldas, que el sol brille cálido sobre tu cara, que la lluvia caiga suavemente sobre tus campos y, hasta tanto volvamos a encontrarnos, que Dios te guarde en la palma de sus manos.
Frase Templaria: El Temple es la espada de Dios, y los templarios el brazo fuerte que maneja dicha espada.
Frase Templaria: Dios , mi señor,consigue con mi espada,que aquellos que te buscan te encuentren. Dame fuerza para los desalentados,dame esperanza para los oprimidos,dame misericordia para los arrepentidos , pero sobre todo da tormento para los perversos y ante todo da justicia a los excluidos.
Oración Templaria antes de la batalla: Dios, mi señor, consigue con mi espada, que aquellos que te buscan te encuentren. Dame fuerza para los desalentados, dame esperanza para los oprimidos, dame misericordia para los arrepentidos, sobre todo da tormento para los perversos y ante todo da justicia a los excluidos.
Jacques de Molay al ser condenado: Dios sabe quién se equivoca y ha pecado y la desgracia se abatirá pronto sobre aquellos que nos han condenado sin razón. Dios vengará nuestra muerte. Señor, sabed que, en verdad, todos aquellos que nos son contrarios, por nosotros van a sufrir.” “Clemente, y tú también Felipe, traidores a la palabra dada, ¡os emplazo a los dos ante el Tribunal de Dios!… A ti, Clemente, antes de cuarenta días, y a ti, Felipe, dentro de este año…
Reinaldo de Châtillon sobre el ejercito de Saladino: “Y si me dices que son muchos, yo te contesto: El fuego no se deja impresionar por la cantidad de leña que tiene que quemar.”
Raimundo de Aguilers, cronista de la Primera Cruzada, relatando los hechos acontecidos tras la toma de Jerusalén por los cruzados en 1099: “Maravillosos espectáculos alegraban nuestra vista. Algunos de nosotros, los más piadosos, cortaron las cabezas de los musulmanes; otros los hicieron blancos de sus flechas; otros fueron más lejos y los arrastraron a las hogueras. En las calles y plazas de Jerusalén no se veían más que montones de cabezas, manos y pies. Se derramó tanta sangre en la mezquita edificada sobre el templo de Salomón, que los cadáveres flotaban en ella y en muchos lugares la sangre nos llegaba hasta la rodilla. Cuando no hubo más musulmanes que matar, los jefes del ejército se dirigieron en procesión a la Iglesia del Santo Sepulcro para la ceremonia de acción de gracias”.
Imád-Ad-Din Al-Isfaháni (Saladino): “Templarios impuros, hospitalarios infames, cada uno celoso v sin debilidad, que formáis entre todos un nido de víboras, serpientes bajo piel jaspeada, hombres pelirrojos de ojos azules sobre negros caballos”
Jacques de Vitry, obispo de Acre, en 1118 sobre la orden del temple: Algunos caballeros, amigos y enviados de Dios, renunciaron al mundo, se consagraron a El y se comprometieron por su fe ante el patriarca de Jerusalén […] a proteger los caminos y desfiladeros mas peligrosos y a defender a los peregrinos contra los bandidos […] y, sin renunciar a sus hábitos profanos, a observar estrictamente la regla de los canónigos regulares del Santo Sepulcro.
San Bernardo de Claraval al Papa después de predicar en Francia para la Segunda Cruzada en 1146: Vos ordenasteis, yo obedecí, y la autoridad del que dio la orden hizo fructífera mi obediencia. Abrí mi boca, hablé, y en seguida los cruzados se multiplicaron hasta el infinito. Los pueblos y las ciudades están ahora desiertos. Apenas se encontrará un hombre por cada siete mujeres. Por doquier se ven viudas cuyos esposos están aún vivos.
San Bernardo de Claraval sobre los templarios : El caballero de Cristo da la muerte con una seguridad completa. Si muere, es por su bien, si mata, es por Cristo.
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