La vida cotidiana se sucedía marcada por el calendario del Año Cristiano, con sus periodos Adviento, Navidad, Cuaresma y Semana Santa, y las importantes fiestas de los Santos, que alteraban necesariamente la rutina, tanto por las celebraciones litúrgicas como por los ayunos, había unos rituales establecidos para días especiales:
El Miércoles de Ceniza todos los hermanos debían recibir la ceniza en su cabeza,
El Jueves Santo era otro día señalado, después de la misa y los cantos vespertinos el amonedero repartía a 30 pobres agua caliente y toallas, y los hermanos deben lavar los pies de los pobres y secarlos con las toallas y después besar sus pies humildemente, y después el comendador de la casa, si no hay alguien de mayor rango, debe dar a cada pobre que ha sido lavado dos panes, un par de zapatos nuevos y dos dinares,
El Viernes Santo todos los hermanos deben rezar a la Cruz con gran devoción, y cuando van a la Cruz deben de ir descalzos, y durante ese día deben ayunar con pan y agua y comer sin servilleta.
El Sabado Santo llamado Sábado de Gloria, la Vigilia Pascual tenía lugar ya en la mañana del sábado, debido a la norma del ayuno preparatorio a la Comunión sacramental desde la medianoche precedente, era excesivo prolongarlo un día más casi completo, que la vigilia se realizase de noche, todos los hermanos meditan y estan en silencio absoluto.
Domingo de Resurreccion la iluminación (símbolo de Cristo resucitado) y el canto del pregón pascual, los hermanos escuchan las campanas del templo. A continuación, la atención se desplaza desde el altar a la pila bautismal. Los Caballeros Templarios con sus túnicas color blanco, y la cruz pate , los que les hace recordar la pureza y el alzamiento de Cristo.
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