Todo lo que necesitas para ser feliz te cabe en una mochila. Unos zapatos cómodos, 2 pares de calcetines, 2 cambios de ropa interior, algo para abrigarte, una gorra para protegerte del sol, unos lentes (gafas), un cepillo de dientes, uno de pelo, protector solar y una cámara de fotos para capturar cada momento de felicidad. Te prometo que no necesitas más.
Los días que pasé recorriendo el camino de Santiago han sido de los días más simples, básicos y felices de mi vida. Estaba en paz total conmigo misma, y no necesitaba mucho más. Una comida caliente al final del día, un buen vino, buena compañía y una cama donde recuperar energías para el día siguiente.
"Peregrino es todo aquél que tiene un espíritu libre, un equipaje ligero, un alma solidaria, y sigue espontánemente el camino de sus sueños"
Los seres humanos nos empeñamos en llenar nuestras vidas de bienes materiales, y hacernos dependientes de ellos para ser felices. A lo largo de mi vida he comprobado que no hay día de shopping o carro nuevo que me llene el alma. Todo lo que necesitas para ser feliz está en tu mochila. Llénala con lo básico y sal a vivir tu vida y ser feliz.
Esta lección la he aplicado a mi vida diaria. No importa que tan mal te vaya un día, siempre habrá un nuevo amanecer y una nueva oportunidad para salir a conquistar tus metas y ser feliz.
COMPARTIR ES LA MAYOR SATISFACCIÓN DE LA VIDA
¿De que nos sirve tenerlo todo si no lo compartimos? El Camino me enseñó a compartir con quienes comparten conmigo este camino que llamamos "vida", con mi familia, con mis amigos o desconocidos que encontramos a lo largo de nuestro recorrido. Compartir el agua con otro peregrino, unos calcetines con una amiga que acabó con los suyos mojados al cruzar un rio, o tan simple como compartir unas palabras con el señor que te esperaba al final de la cuesta para brindarte unas palabras de aliento y una fruta para animarte a seguir. Comparte y siempre habrá quien comparta contigo, y así nunca te faltará nada.
NO JUZGUES A LOS DEMÁS
Cada peregrino tiene sus razones personales para realizar el Camino de Santiago. Cada uno tiene su propósito y su reto personal, ya sea caminar los 100 kilómetros mínimos para terminar La Compostelana, o recorrer 600 kilómetro para embarcar un peregrinaje más profundo. En tu peregrinaje te encontrarás con personas muy diferentes, cada uno tiene su propio equipaje emocional y razón para hacer el camino, no juzgues sin conocer su historia.
"El camino sirve también para descubrir lo mucho que vale una plegaria a Dios Padre"
En el camino de la vida, como en el de Santiago, a veces estarás rodeado de gente, otras andarás solo. Este es uno de los más grandes y bonitos aprendizajes que me dejo el Camino; aprendí a estar feliz conmigo misma aún cuando estoy sola y que mejor que su compañero de toda la vida.
LOS OBSTÁCULOS JAMÁS SERÁN TAN GRANDES COMO TU VOLUNTAD DE LLEGAR A LA META
Solo recuerdo repetirme esta frase: "sin dolor no hay recompensa" y ver al resto de peregrinos que nos cruzamos en el camino y que ahora nos encontrábamos nuevamente en nuestra meta, en la Misa del Peregrino; todos con la misma cara de dolor y felicidad plena a la vez. Algo había cambiado en nosotros a lo largo del camino, sobre todo esos últimos kilómetros de dolor antes de llegar a nuestro destino. Cada uno tenia su historia, sus propios achaques y desgastes físicos, pero todos teníamos una sonrisa en la cara, y durante la misma nos íbamos viendo unos a otros, como si nos conociéramos de toda la vida, y diciéndonos con una simple mirada: lo logramos.
UNIDOS SOMOS MÁS FUERTES JOSE Y ROSA
Cualquiera puede hacer el camino solo, en pareja, con amigos. Caminé con mi pareja con una esperanza en común. En algunos tramos conversábamos sobre las cosas que se nos cruzaban la mente durante el viaje.
El Camino me marcó para siempre, tanto asi que hemos decidido volver hacer el Camino
Voy conmigo,
con mi mochila,
con mi sombra,
con mi silencio
y mi soledad.
Con mis pies,
con mi cabeza
y con mi alma.
Voy conmigo
y mis pasos
me huelen
a libertad.
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