Jacques de Molay (1244/1249- 1314)
Un reciente hallazgo de Beatriz Canellas, Jefa del Departamento de Descripción del ACA, ha permitido localizar una carta, inédita, dirigida por Jacques de Molay, maestre general de la orden del Temple, a Ramon de Bell-lloc, comendador de la misma el 21 de enero de 1296. Molay fue el último gran maestre de la milicia de los Pobres Caballeros de Cristo y del Templo de Salomón y murió ejecutado en una hoguera de la isla de los Judíos de París en marzo de 1314, en el curso del proceso organizado por el papa Clemente V y el rey de Francia Felipe IV el Hermoso contra su orden. El Temple había nacido en el Concilio de Troyes de 1129 con la finalidad de acompañar y proteger a los peregrinos en Jerusalén, en el marco de las cruzadas. Con la pérdida de San Juan de Acre en 1291 se ve inmerso en la lucha de poder entre el papado y la corona de Francia, lucha que finalmente le resultará fatal, pues en 13 de marzo de 1312 el papa, bajo cuya protección se encontraba jerárquicamente la orden, firma su decreto de disolución por delitos de herejía. Tras haberse expandido por Francia, el reino latino de Jerusalén, la Corona de Aragón, la Corona castellano-leonesa, Portugal, Inglaterra, Escocia y los reinos germánicos, la orden fue liquidada y sus bienes confiscados.
La carta que ahora presentamos se inscribe en los preparativos del paso del nuevo Gran maestre del Temple, que había accedido al maestrazgo en algún momento entre 1292 y 1293, a la muerte del maestre Thibaud Gaudin el 16 de abril de 1292, a Chipre dentro de una estrategia de intento de recuperación del reino de Jerusalén tras el desastre de Acre.
La carta
El documento se encuentra inserto en un proceso judicial de la Real Cancillería (ACA, Cancillería, Procesos en folio, legajo 2, núm. 4) y relativo al pleito visto ante la Curia real por el conflicto territorial entre los templarios de Miravet y Berenguer de Entenza entre 1288 y 1293. El documento, en papel (105x305 mm.), era originariamente un suelto que hoy se encuentra pegado en el último cuadernillo. Se conserva en relativo buen estado; presenta los cinco dobleces y un cuarenta por ciento del sello de cera negra que lo cerraba y validaba y que se rompió precisamente al abrir la carta el destinatario para su lectura. Los restos del sello, que originalmente debía medir 30 mm aproximadamente, permiten distinguir la palabra “MILITV” de la parte inferior de la leyenda (“[+SIGILLVM :] MILITV[M : XPISTI]”) así como los cascos y vientre de un caballo y una cruz griega en el campo. La carta, original, no es, sin embargo, autógrafa del maestre. Debió escribirla un secretario al servicio de Molay, un francés por el tipo de grafía del documento, similar a muchos pergaminos con origen en Francia de los que se conservan en el ACA.
El cuadernillo en que se inserta el documento contiene copias de cartas entre 1288 y 1294. Le precede inmediatamente el registro de varios salvoconductos firmados por Jaime II a asistentes al capítulo general de la orden en Montpellier de 9 de agosto de 1293. El documento previo a la carta es la orden a sus oficiales para que no impidan el paso de Jacques de Molay por sus territorios y está fechado en Tarazona el 24 de agosto de 1293 (registrado en ACA, Cancillería, Registros, núm. 98, fol. 275v) coincidiendo, seguramente, con el viaje que el maestre tenía previsto hacer para reunirse con el rey de Aragón y tratar el conflicto por la cesión de Tortosa. El ACA conserva otro salvoconducto a beneficio de Molay del 3 de julio de 1294 (en ACA, Cancillería, Registros, núm. 99, fol. 264r).
Con el número 18 del tomo III de su Acta Aragonensia el gran historiador alemán Heinrich Finke (1855-1938) recoge una carta del maestre a Pere de Sant Just, comendador de Granyena, datada en Roma el 21 de enero (que Finke sitúa con dudas en el año de 1295 y que el historiador francés Alain Demurger retrasa un año, a 1296, fecha de paso de Molay a Chipre, asunto sobre el que versa la misiva). El texto de esta carta es prácticamente idéntico al de la misiva cuyo hallazgo comentamos. En ella le informa de su intención de pasar a Chipre, de acuerdo con el papa, fijando para ello la fecha del 24 de junio, festividad de San Juan Bautista. Antes quiere reunir capítulo general en Arles (consultado el 7 de noviembre de 2014), aunque la expresión literal del lugar no convenció en el momento de la publicación a Finke. El capítulo tuvo lugar efectivamente el 15 de agosto de 1296, de modo que, finalmente, su paso a Oriente se retrasó hasta el otoño.
Relevancia histórica
No hemos podido localizar ningún autor que cite esta misiva a Bell-lloc, en todos los puntos coincidente con la que envió el 21 de enero de 1296 a Pere de Sant Just, que edita Finke y data Demurger. Pere de Sant Just, dice este último autor, fue amigo de Molay. Pero ¿y Bell-lloc? Sant Just era comendador de Grañena en el momento de remitírsele la carta (el historiador británico Alan Forey no da para Grañena comendador entre agosto de 1294 y julio de 1297 y sitúa a Sant Just como comendador en algún momento entre 1301 y 1307). Bell-lloc lo era de Ascó en abril de 1296. Tal vez no sea aventurado señalar que debieron existir algunas cartas más dirigidas a otros comendadores con la intención de informarles de su paso a Oriente y de pedirles la correspondiente ayuda de sus encomiendas. En tal caso la importancia de la carta conservada en el ACA reside en su singularidad y al mismo tiempo en ser la confirmación de que Jacques de Molay comenzó a preparar su paso a Oriente con la intención de recuperar los Santos Lugares recabando la ayuda de las encomiendas occidentales. En su gira europea de 1293 a 1296 había conseguido, entre otros monarcas, de Jaime II el derecho de las encomiendas templarias de sus reinos a enviar libremente a Oriente víveres, armas, caballos y dinero. Y esto precisamente, el tercio de rentas con que contribuían las encomiendas a los esfuerzos bélicos de la orden, es lo que le pide a Ramon de Bell-lloc en la carta que presentamos.
Esta carta engrosa el breve número de las emanadas de Jacques de Molay, algo más de una veintena entre varios archivos europeos (20 en el ACA, 3 en los Archivos Vaticanos, 2 en la Public Records Office de Londres y 1 en el Archivo Histórico Nacional de Madrid). El ACA custodiaba hasta ahora diecinueve originales y un inserto, veinte a partir de este hallazgo.
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