sábado, 3 de enero de 2015
Frases de Juan XXIII
"No busco ni quiero la gloria de este mundo; la espero muy grande, en el otro."
"Con tal de hacer que triunfe la caridad a toda costa, prefiero ser tenido por un pobre hombre. Me dejaré aplastar, pero quiero ser paciente y bueno hasta el heroísmo."
"Sobre todo, quiero seguir devolviendo bien por mal y esforzándome por preferir, en todo, el Evangelio a los artificios de la política humana"
"Dios es todo: yo soy nada. Y por hoy basta."
"Puedo hacer el bien durante un día. Lo que me desalentaría sería pensar en tener que hacerlo durante toda mi vida."
"Un hombre pacífico hace más que uno con mucho conocimiento."
"A mis ochenta años comenzados, lo que importa es: humillarme, confundirme en el Señor y permanecer en actitud de confiada espera en su misericordia, para que me abra la puerta de la vida eterna"
"No me importa que me humillen, con tal de que todo sea para gloria de Dios y verdadero bien mío, para santificación de mi espíritu."
"Sólo por hoy me adaptaré a las circunstancias, sin pretender que las circunstancias se adapten todas a mis deseos."
"Sólo por hoy seré feliz en la certeza de que he sido creado para la felicidad, no sólo en el otro mundo, sino en este también."
"Sólo por hoy creeré firmemente aunque las circunstancias demuestren lo contrario- que la buena providencia de Dios se ocupa de mí como si nadie existiera en el mundo."
"Sólo por hoy no tendré temores. De manera particular no tendré miedo de gozar de lo que es bello y de creer en la bondad."
"Sólo por hoy haré por lo menos una cosa que no deseo hacer; y si me sintiera ofendido en mis sentimientos procuraré que nadie se entere."
"A propósito de humildad evitaré en cuanto sea posible el hablar de mí en primera persona"
"Debo huir de los pronombres yo, me, como si fueran serpientes"
"Alegría siempre, paz, serenidad, libertad de espíritu en todas las cosas."
"Tras una falta, un acto de humildad profunda; luego volveré a empezar alegre, sonriente siempre, como si Jesús me hubiese hecho una caricia..."
"La verdadera sustancia del rosario bien meditado está constituida por un triple elemento que da a la expresión vocal unidad y cohesión: contemplación mística, reflexión íntima e intención piadosa."
"Unidad, libertad y paz: gran trinomio que, considerado en los fulgores de la fe apostólica, es para nuestras almas motivo de elevación y de fervorosa fraternidad humana y cristiana."
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