sábado, 3 de enero de 2015
Frases de Santa Teresa de Jesús
"El Espíritu Santo como fuerte huracán hace adelantar más en una hora la navecilla de nuestra alma hacia la santidad, que lo que nosotros habíamos conseguido en meses y años remando con nuestras solas fuerzas". (Santa Teresa de Jesús)
“Cuando recibimos al Señor, cerremos los ojos del cuerpo y abramos los del alma. Es el momento de tratar con él. Buen tiempo para oír sus enseñanzas, agradecerle y suplicarle que no se aparte de nosotros.” (Santa Teresa de Jesús)
“Cuando Jesús caminaba por el mundo bastaba tocar sus ropas para quedar curado; ¿qué no hará entrando dentro de nosotros mismos? Algunos hubieran preferido que se quedara resplandeciente y lleno de poder en el Santísimo Sacramento. Pero ¿qué pecador, como en mi caso personal, se hubiera atrevido a acercarse a él? Debajo de pan es fácil su trato. Disfrazado de esta manera, le hablamos casi de igual a igual, sin muchos miramientos y respetos. Parece que desea que nos acerquemos con frecuencia y con llaneza hasta él, de lo contrario ¿para qué se disfrazó?” (Santa Teresa de Jesús)
“Darse del todo al Todo, sin hacernos partes.” (Santa Teresa de Jesús)
“¿Qué apoyo o remedio llevaremos en el camino para no caer? El Maestro nos señaló dos: amor y temor. El amor nos hará apresurar los pasos, el temor nos hará ir mirando a dónde ponemos los pies para no tropezar. Pero ¿cómo sabemos si vamos con bastante provisión de amor y temor? El que ama verdaderamente a Dios, ama todo lo bueno. Quien de veras ama a Dios no puede amar vanidades, comodidades, deleites, honras o envidias. No pretende otra cosa que contentar al Maestro. Daría la vida para que fuera más conocido y seguido por otras personas… El otro remedio para el camino es el temor al mal. Temor al único mal de la humanidad: el apartarnos de él. Temor de salirnos del camino que nos conduce hacia él. Temor de nosotros mismos. Temor a que, por una locura, pongamos nuestros deseos por encima de los suyos. Por esto terminamos nuestra oración con la humilde y sincera expresión de nuestra debilidad “y líbranos del mal”.” (Santa Teresa de Jesús)
“En el desprendimiento está todo si es total y verdadero. ¿Por qué está todo en el desprendimiento? Porque el desprendimiento es dejar todo para abrazarse a Dios. Es entregarse totalmente a él sin dividirse en partes.” (Santa Teresa de Jesús)
“El desprendimiento y la humildad andan siempre juntas como dos hermanas inseparables. ¡Hermanas poderosas, señoras del mundo, libertadoras de todas las cadenas y enredos! Tan amadas del Maestro que nunca se las vio sin su compañía. Estas hermanas inseparables no temen a nada ni a nadie, pues no les importa perderlo todo. Lo único que les preocupa es descontentar a Dios.” (Santa Teresa de Jesús)
“¿Por dónde comenzar el desprendimiento de uno mismo? Lo primero es quitarse de encima la preocupación de la propia salud. ¡Es algo sorprendente el excesivo cuidado que le prodigamos a nuesgtro cuerpo! Es preciso ubicar cada cosa en su lugar. El objetivo de nuesra vida es servir a Cristo y para eso es conveniente mantener la salud y fuerzas corporales. Pero muchas veces sucede lo contrario, se cuida la salud y el físico como si fueran la meta de nuestra vida… y los días y los años transcurren en esos cuidados. Si nos dejamos dominar por el temor de posibles enfermedades, nunca haremos nada.
También es buen camino para el desprendimiento de sí mismo, el no andar quejándose por pequeñas dolencias o dolores. Si se puede aguantar, es mejor callarse. Cuando el mal es serio, ya nos daremos cuenta.” (Santa Teresa de Jesús)
“Las dolencias pueden impedirnos una oración prolongada, pero hay momentos en que es posible orar. Y la misma enfermedad se puede transformar en oración, cuando se la ofrece al Señor y se la acepta como venida de su mano.” (Santa Teresa de Jesús)
“Si nos dejamos dominar por el temor de posibles enfermedades, nunca haremos nada.” (Santa Teresa de Jesús)
“La humildad es la verdad” (Santa Teresa de Jesús)
“El desprendimiento y la humildad andan siempre juntas como dos hermanas inseparables. ¡Hermanas poderosas, señoras del mundo, libertadoras de todas las cadenas y enredos! Tan amadas del Maestro que nunca se las vio sin su compañía. Estas hermanas inseparables no temen a nada ni a nadie, pues no les importa perderlo todo. Lo único que les preocupa es descontentar a Dios.” (Santa Teresa de Jesús)
“El corazón humilde desea sinceramente ser tenido en poco y desea ser perseguido y condenado sin culpa, aún en cosas graves. Pues el verdadero humilde, al compararse con Jesús que fue condenado sin culpa, ve claramente que personalmente merece todo eso y mucho más.” (Santa Teresa de Jesús)
“La medida verdadera de nuestra proximidad a Dios, es la dama humildad” (Santa Teresa de Jesús)
“El humilde se contenta con lo que le toca: si se trata de servir, sirve; si le toca trabajar fuerte, lo hace y si le dan regalos (contemplación) con admiración y agradecimiento los recibe, aunque piensa que no le corresponden. Todas sus acciones y pensamientos le parecen insignificante para tan gran Señor.” (Santa Teresa de Jesús)
“El Señor me hizo un gran favor al mostrarme el lugar del cual me había librado por su misericordia. Pues una cosa es imaginarlo y otra cosa es verlo. La diferencia que existe entre los dolores de esta tierra y los tormentos del infierno es la misma diferencia que hay entre un dibujo y la realidad.” (Santa Teresa de Jesús)
“He experimentado que cuando me determino a hacer algo por Dios, aunque sienta que me cuesta horrores el comienzo, el mismo Dios viene luego en nuestra ayuda dándonos gran alegría en aquello mismo que nos ocasionaba espanto.
Jamás hay que dejar de llevar a la práctica una buena inspiración por los miedos que nos acometan, siempre que esos buenos proyectos vayan sinceramente dirigidos hacia Dios.” (Santa Teresa de Jesús)
“Nuestro enemigo trata por todos los medios de apartarnos del castillo interior. Sus ataques son a cara descubierta. Luego, en las etapas siguientes, sus ataques son más disimulados y hasta parecería que nos quiere ayudar: se disfraza de ángel bueno, pero lo que busca es perdernos.” (Santa Teresa de Jesús)
“Estas son las grandes mortificaciones que yo desearía tomaran todos sin ningún peligro de dañarse la salud. Pues el exceso en las privaciones de alimento, o de algo semejante, nos puede perjudicar y requiere cierto equilibrio y moderación. Pero el privarse de dar disculpas ¡no quita la salud a nadie! Para lograr esto ayuda el pensar que cuando nos culpan, siempre somos, en el fondo, culpables. Si siete veces al día cae el hombre justo, sería mentira decir que no tenemos pecado. Así que, aunque no sea en lo mismo que nos culpan, nunca estamos enteramente sin culpa como estuvo Jesús.” (Santa Teresa de Jesús)
“El punto estratégico de esta guerra contra nosotros mismos, donde se juega el todo o gran parte, radica en dejar de lado el cuidado desmedido de nosotros mismos y nuestra insaciables sed de comodidad.” (Santa Teresa de Jesús)
“Alegrarse de ser reprendido sin motivo. Es muy grande el provecho que de esto nos viene. Se comienza a ganar libertad. Ya no se está atado por el ¿qué dirán los demás? Que digan bien o mal de nosotros será igual. Ni se nos ocurrirá qué contestar aunque nos injurien o acusen en nuestra propia cara. Al principio es algo muy dificultoso. Pero me consta que, con la ayuda del Señor, se puede alcanzar esta negación y desprendimiento de nosotros mismos.” (Santa Teresa de Jesús)
“No pierde el sol su hermosura por la falta grave, pero no se hace visible en el alma. Como si sobre los ojos se colocara un paño negro; seguirá brillando el sol, aunque el que tiene la venda oscura no percibe su esplendor. ¡Ojalá comprendieran todos la desgracia que significa el pecado mortal! Las tinieblas se adueñan del alma entera y hasta se interponen en el pensar y querer. La inteligencia se ciega y la voluntad se entorpece. No dejemos de pedir, cada día, que nos libre de tan grave mal, a donde todos podemos caer.” (Santa Teresa de Jesús)
“Verdaderamente es gran humildad el callarse cuando se es menospreciado o juzgado por algo que uno no hizo. De un modo similar al de Cristo que silenciosamente soportó las falsas acusaciones y afrentas. Es conveniente poner mucho empeño en esto porque trae consigo grandes ganancias. Mientras que en lo contrario, en el continuamente disculparse, no hay ningún provecho. Se necesita fortaleza, no corporal sino de arriba, para poder callar cuando se es acusado injustamente. Hay que pedirle al Señor verdadera humildad.” (Santa Teresa de Jesús)
“Es muy bueno rezar en comunidad pero hay tiempos en que la soledad es necesaria para rezar, necesaria para descubrir aspectos de la realidad que se nos escapan. Necesaria para el desarrollo de otras dimensiones del ser. La soledad es para ‘oírle’, para bajar a niveles de nuestro ‘yo’ que se nos escapan y que no explotamos porque desconocemos. La soledad es para saber ‘con quién estamos y quién somos’. Es soledad poblada, colmada. La oración a solas no es huir de nadie sino ir hacia Alguien. No es ausencia sino presencia. Es estar con El, con Dios.” (Santa Teresa de Jesús)
"La única razón que encuentro para vivir, es sufrir y eso es lo único que pido para mí" (Santa Teresa de Jesús)
“Nada te turbe, nada te espante, quien a Dios tiene, nada le falta. La paciencia todo lo alcanza…” (Santa Teresa de Jesús)
“Por experiencia puedo decir que cuando todavía existen preocupaciones por la propia honra, bienes o comodidades personales, es imposible adelantar en el camino de la oración.” (Santa Teresa de Jesús)
“Tenía muchos primos y primas con los cuales trataba frecuentemente y de todas las buenas amistades que podía elegir justo escogí la peor. Me encariñé con una pariente muy mundana que venía a menudo por casa. Pasaba conversando largos ratos con ella de pasatiempos y vanidades sin llegar nunca a pecado grave y sin haber perdido el temor de Dios.
Ahora me doy cuenta del daño que hace una mala compañía. Si no lo hubiera experimentado no lo podría creer. ¡Ojalá los padres se dieran cuenta del daño que hace a sus hijos una mala amistad!
En mi caso personal, aquellas huecas conversaciones barrieron mis buenos deseos e inclinaciones de la infancia. Lo único que me preocupaba, en ese entonces, era mi propio honor, lo demás me tenía sin cuidado.” (Santa Teresa de Jesús)
“Es preciso desprenderse, en todo lo que sea posible, de la propia voluntad. Es una guerra sin pausa ni descanso. Parece cruento no darse el gusto en nada. Pero ¡qué suavidad y placer trae consigo este despojarse de sí mismo! Aún en la presente vida se comienza a experimentar la alegría y la paz de la vida venidera.” (Santa Teresa de Jesús)
“Es algo sorprendente cómo él –que sostiene mil mundos- se encierra dentro de nosotros por amor. Y, para evitarnos sobresaltos, no se da a conocer bruscamente. Va preparando nuestro interior a su medida; nos va ensanchando poco a poco el corazón. Hay algo más sorprendente todavía. ¡El Señor de todo, dueño de nuestra vida, no modifica nada dentro de nosotros mismos si no se lo permitimos! Espera que le entreguemos nuestra libre voluntad y todo lo que somos”. (Santa Teresa de Jesús)
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